Dueño de un restaurante, alimenta gratis a todos los perros callejeros que lo visitan.
¿Cómo no compadecerse de un animalito hambriento? A veces no necesitamos pasar por ciertas cosas para entender la necesidad del otro.
Gerardo Ortiz, de Perú; lo tiene bien claro, porque no le niega un plato de su deliciosa comida a cada perrito callejero que se acerca a su restaurant.
Él tiene una taquería en donde prepara sus platillos y recibe a muchos clientes al día, pero los que también aprecian su arte culinario, además de su generosidad; son estos callejeros que no tendrían nada para comer si no fuera por este héroe de delantal negro.
El amor se enseña y Gerardo lo aprendió de su madre. Ella le inculcó el sentido de la bondad hacia los necesitados y eso incluye a los animales.
“A todos nuestros amigos que cuentan con un negocio de restaurante, les invito a que se sumen a nosotros. Juntamos los pedacitos de corazón (merma) y les hacemos comida a los perritos callejeros. ¡Juntos podemos contribuir con ellos!”, dijo Gerardo.
Es por eso que él no se olvida de los perritos que andan solos por la calle y que al final del día, saben que tendrán un plato de comida y un poco de agua para beber, gracias a él.
A cambio, ellos le devuelven el amor infinito del que son capaces los animales. La lealtad y el cariño de estos animalitos, se ve en sus caras felices.
Una perrita callejera.
Una noche, hace 5 años, una perrita callejera se acercó a su restaurante seguramente atraída por el olor de su rica comida. Él no lo dudó; inmediatamente sirvió un poco de carne y se lo ofreció a su nueva “clienta”.
Desde ese día, ella volvió noche tras noche a buscar su cena, pero… al parecer, hizo correr la voz entre sus amigos callejeros y pronto un grupo de amigos se reunía a recibir su ración.
En la ciudad de Lima, cerca de la avenida metropolitana en Ate Vitarte, Gerardo hace una obra de bien que no tiene precio.
Una forma de colaborar con él, es pasando por su restaurante, para disfrutar de su exquisita comida.
¡Dios te bendiga, Gerardo!