Estuvo muerto durante 20 minutos y cuando despertó dijo haber visto a Jesús. No podía contener las lágrimas.
Muchas personas que vivieron la aterradora experiencia de morirse, cuentan historias increíbles que, en algunos casos, tienen que ver con haber visto a Dios o a Jesús.
Estar clínicamente muerto es algo que marca a las personas para siempre y fue lo que le sucedió a Zackary, cuando estuvo 20 minutos muerto después de haber sufrido un ataque cardíaco mientras jugaba al fútbol.
“Jesús se me acercó”.
En el caso de Zackary, su experiencia fue muy especial. Quienes pasaron por esta vivencia, dicen que ven luces, que se sienten bien y en paz, pero él dijo algo que conmovió a toda su familia y a sí mismo.
Él tiene 17 años y vive en Texas, Estados Unidos. Tuvo suerte de llegar a tiempo al hospital. Allí le hicieron reanimación y lograron salvar su vida.
Pero Zachary nunca volvería ser el mismo. Cuando despertó, sus padres inmediatamente notaron que había algo extraño en su hijo. Él estaba profundamente emocionado.
“¿Qué viste Zachary?”, le preguntó su madre.
Y él respondió:
“Jesús se me acercó. Puso su mano sobre mi hombro y me dijo que todo iba a estar bien”.
Lo que vivió Zachary fue realmente increíble y precisamente por eso, muchos dudan de la veracidad de su relato, pero cuesta creer que un joven que estuvo al borde de la muerte, invente una historia semejante después de recuperar el conocimiento.
El padre de Zachary, Billy Clements, dice que él no puede hacer nada si algunas personas prefieren creer que es todo un invento. Él cree en su hijo y confían en lo que les ha contado.
Pero el mayor aprendizaje se lo lleva Zachary, que espera sacar algo positivo de esta experiencia y lo manifestó de la siguiente manera:
“Planeo vivir todo lo que me queda de vida al máximo. Ahora valoro más el hecho de estar vivo, me he vuelto más humilde…”.
Sin duda, vivir algo tan intenso nos hace replantearnos nuestra existencia, tanto lo vivido como lo que tenemos por vivir. Pensar en pasar más tiempo con nuestros seres queridos y no preocuparnos por cosas sin importancia.
Este joven fue afortunado porque puede contar lo que le pasó y porque vivió algo con lo que muchos sueñan toda la vida; estar en manos de Dios.
Los escépticos podrán dudar de lo que vivió Zackary, pero quienes creemos en Dios, sabemos que todo es posible, sobre todo, cuando nos acompaña la fe.