La historia de vida de estos gemelos te va a sorprender.
Hacia febrero de 1978, la familia Kutcher esperaba con ansias y mucha ilusión a su bebé, pero se sorprendieron cuando 5 minutos después del nacimiento de su hijo Chris, le siguió otro bebé que “apenas reaccionaba y tenía dificultades para respirar”.
Ese 7 de febrero de 1978, la vida de los Kutcher cambió para siempre.
Chris y Michael son gemelos, pero Michael había nacido con una insuficiencia respiratoria muy peligrosa y los médicos no les daban esperanzas a sus padres.
Milagrosamente, logró recuperarse, pero las secuelas habían quedado para siempre: le diagnosticaron parálisis cerebral poco antes de empezar el jardín de infantes.
Chris “Ashton” Kutcher, se convirtió en una celebridad de Hollywood, pero eso no lo alejó de su familia. Todo lo contrario. Él recuerda esos momentos de angustia e incertidumbre, mientras sus padres luchaban contra los problemas de salud de Michael.
Era tal el afán de Ashton por ayudar a su hermano, que, a los 13 años, cuando necesitó un trasplante de corazón para poder seguir viviendo, él quiso darle el suyo.
“Recuerdo que estaba en el balcón y pensé en saltar, cuando mi padre salió y me dijo: ‘¿qué estás haciendo’? yo le expliqué lo que quería hacer. Él se acercó y me dijo: ‘no puedes hacer eso’”, contó Ashton.
Afortunadamente, el donante apareció, pero los médicos dijeron que no podría vivir más de 7 años con el corazón trasplantado.
Sin embargo, contra todos los pronósticos, Michael sigue vivo, dando prueba de su fuerza y resiliencia.
“Mi hermano nació con parálisis cerebral y eso me enseñó que amar a la gente, no es una elección y que las personas no nacen todas iguales.
La Constitución nos miente. No nacemos todos iguales. Nacemos increíblemente desiguales unos en relación a otros, en nuestras capacidades y en lo que podemos hacer, en cómo pensamos y en lo que vemos.
Pero todos tenemos una misma capacidad: amarnos los unos a los otros y mi hermano me enseñó eso”.
¡Qué maravillosas palabras! Ashton Kutcher definió el amor en pocas frases y nos hizo saber lo mucho que ama a su hermano.
En su juventud, Ashton Kutcher empezó a estudiar ingeniería bioquímica con el fin de ayudar a encontrar una cura para la enfermedad de su hermano, pero nunca obtuvo el diploma.
Y Michael agradeció y agradece la ayuda de su hermano, en su largo camino de recuperación y de enfrentar sus dificultades, ya que la parálisis cerebral, le impide ver, hablar y movilizarse de manera correcta.
Se dijo a si mismo que su discapacidad no podía ser motivo para quedarse de brazos cruzados. Era imperioso hacer algo al respecto.
Continuó sus estudios y llegó a la Universidad. Se recibió con un título de gestor de negocios y finanzas en la Universidad de Mount Mercy.
Hoy, continúa trabajando, pero también colabora con la Fundación de Parálisis Cerebral y Donación de Órganos, dando charlas y conferencias y creando conciencia sobre la enfermedad y sobre la necesidad de donar órganos.
La clave es la inclusión. En la familia Kutcher, Michael es uno más. Entre todos, crearon un sentimiento de unión que le permitió a Michael sentirse como otro integrante motivado a hacer cosas tanto como su hermano Ashton y su hermana mayor, Tausha.
En relación al apoyo que recibió siempre de su familia, Michael dijo: “creo que fue eso lo que me dio la fuerza para superar los desafíos y los obstáculos.
Pero también aprendí mucho fuera de mi familia, interactuando con diferentes personas y, desafortunadamente, en nuestra sociedad, las personas con movilidad reducida son vistas como personas diferentes. Luché contra eso y aún sigo luchando”.
Su capacidad de reacción es admirable, porque más allá de mejorar su vida diaria, él comenzó a considerar su discapacidad como una oportunidad para hacer algo bueno. Y es por eso que se unió a la fundación.
“Mi objetivo no es llegar a todo el mundo. Si puedo llegar a una persona, habré logrado mi objetivo. Si llego a varias, es genial.
Yo quiero provocar un impacto que genere un cambio en la gente y entienda la importancia de la donación de órganos.
Sólo miren mi vida… hice muchas cosas en 30 años. Pude inspirar a la gente, soy un miembro activo de mi comunidad y tengo hijos que no podría tener si no fuera por la generosidad de otros”.
La historia de los gemelos Kutcher, es increíble y maravillosa.
Con estas últimas frases, Michael quiere que todos entendamos la importancia de donar, porque de esta manera, estaremos prolongando la vida o mejorando la vida de otros que todavía tienen mucho para dar y para disfrutar.
No conseguimos nada importante por nosotros mismos. Siempre necesitamos una mano amiga y solidaria que nos dé un pequeño empujón o un gran empujón que será nuestro punto de partida hacia un futuro diferente y maravilloso.
¿Qué te inspira esta historia?