Los habitantes de la isla Sentinel, viven lejos de la sociedad moderna y matarán a cualquiera que se acerque.
Es lo único que podemos ver; algunas siluetas borrosas a lo lejos y nada más se puede saber de los habitantes de la isla Sentinel.
Esta tribu de la que desconocemos incluso su nombre, vive en esta remota isla que pertenece a la India; sin embargo, es imposible llegar al lugar, ya que sus habitantes son extremadamente hostiles y no permiten que nadie se acerque.
Ignoramos casi todo de ellos y nadie puede ingresar dentro de sus 60km2 de isla que aún se mantiene alejada del mundo moderno.
Es que ellos no quieren que nadie los moleste. Ni antropólogos curiosos, ni turistas con ánimos de aventuras ni misioneros bienintencionados como el pastor americano John Allen Chau, de 26 años, que fue asesinado por integrantes de esta tribu entre el 16 y el 18 de noviembre del 2018, en cuanto puso un pie en el lugar.
El misionero evangélico, calificaba al lugar como “el último bastión de Satán”, según sus propias palabras escritas en su diario íntimo.
Él estaba determinado a convertir a la población al cristianismo evangélico, según la doctrina de un grupo proselitista de Kansas, Estados Unidos.
Sin embargo, no parece que haya tomado en cuenta el historial agresivo y hostil que tenían sus habitantes, porque no era la primera vez que se defendían de cualquier intento de visita, de manera violenta.
Más antecedentes de muertes.
Los primeros testimonios se remontan al año 1896. Un preso que logró escapar de una cárcel del archipiélago de Andaman, cruzó los 50km que lo separaban de Sentinel, y cuando llegó, fue atacado por sus habitantes.
Tiempo después, lo encontraron con el cuello cortado y el cuerpo cubierto de flechas.
Bastante tiempo después, en 1974; un director de cine quiso filmar una película en la isla. Los habitantes lo atacaron y lo hirieron con flechas. No tuvo más remedio que abandonar su proyecto.
En 1981, un barco encalló en un arrecife de la isla. La tripulación del “Primorosa” ve aparecer balsas que se les acercan con hombres desnudos armados de arcos y flechas.
Inmediatamente, lanzan una señal de alerta y un helicóptero llega justo a tiempo para socorrerlos. Los restos del “Primorosa” siguen en el mismo lugar desde ese entonces y se puede ver desde Google Earth.
Durante el tsunami de 2004, un helicóptero se posó sobre la isla para llevar provisiones a sus habitantes, pero en cuanto llegaron, los recibieron con una lluvia de flechas y tuvieron que salir de allí lo antes posible.
Las últimas noticias son del año 2006, cuando dos pescadores tuvieron la mala idea de ingresar a la isla. Ambos fueron asesinados.
Sólo una persona tuvo la suerte de establecer un mínimo contacto durante los años 60. Se trata del antropólogo hindú Triloknath Pandit.
Con su equipo, desembarcaron con ofrendas y regalos como herramientas, sartenes y cocos. A pesar de un recibimiento “amistoso”, la tensión se empezó a sentir rápidamente.
A partir de ese momento, el gobierno de la India advierte a los turistas o pescadores que no se deben acercar a la isla, porque nadie puede responder por su seguridad y sus vidas corren peligro. El riesgo es enorme.
Vivir en paz.
En definitiva, los habitantes de esta isla remota que no son más de 150 o 200 personas, lo único que quieren es que los dejen vivir en paz y que nadie los moleste. No parece ilógico, ya que ellos no molestan a nadie.
No se sabe casi nada de sus orígenes. Algunas hipótesis hechas por los antropólogos, sugieren que provienen del continente africano y que migraron hace unos 50000 o 60000 años.
Algunos genetistas los consideran como “los descendientes de los primeros humanos en haber colonizado Asia, en el Paleolítico”, incluso antes de la aparición de la agricultura. Es por eso que se cree que esta tribu sólo se dedica a la caza, la pesca y la recolección de crustáceos.
¿Por qué tanto afán en invadir su pequeña isla? ¿No es mejor dejarlos vivir su vida en paz? Si vivieron felices y solos durante tantos años, es evidente que no nos necesitan.
Pensemos que una simple gripe podría matarlos a todos, ya que no tienen inmunidad para ninguna de nuestras enfermedades.
Para quienes tenemos sentido de la Humanidad y la empatía, lo mejor es protegerlos de nosotros mismos y respetar su privacidad.
¿Lo crees así?