Pierce Brosnan responde a las críticas por el sobrepeso de su esposa Kelly.

¿Por qué será que a las mujeres se nos exige tanto?

Trabajamos, atravesamos embarazos y partos, cuidamos a la familia, a menudo a nuestros mayores o a familiares enfermos; realizamos las tareas del hogar… ¡y a veces estamos solas para hacer todo eso! Y, sin embargo, también “se nos exige” no aumentar de peso, vernos jóvenes y ser bellas. ¿No será demasiado?

La permanente mirada evaluadora a la que se nos somete, causa estragos en muchas mujeres que pierden la autoestima o se embarcan en dietas o tratamientos salvajes que arruinan su salud. Eso también es violencia.

Las celebridades tampoco están exceptuadas. Los famosos también ven su apariencia deteriorada por el paso del tiempo o las mismas circunstancias de la vida por las que atravesamos todos. Es la vida.

Es por eso que queremos destacar la actitud del actor Pierce Brosnan, en relación a la reacción que tuvo cuando gente desaprensiva criticó el sobrepeso de su esposa Kelly.

En las redes sociales, hubo quien trató a su esposa literalmente de “gorda” y si bien el comentario fue eliminado, él no quiso dejar de hacer mención a una bajeza semejante.

El amor después de la tragedia.

Cuando la carrera de Pierce Brosnan empezaba a tomar vuelo, él estaba casado con la actriz australiana Cassandra Harris. Tuvieron un hijo llamado Sean y luego, adoptaron a dos niños más grandes, Charlotte y Christopher.

Pero después de 13 años de compartir la vida juntos, Cassandra enfermó de cáncer de ovarios y falleció en diciembre de 1991. Cuando Pierce Brosnan pudo hablar de eso hecho traumático en su vida, confesó que su esposa había hecho de él el hombre, el actor y el padre que era. Que se lo debía todo y que ella había quedado “anclada” a su ser.

Cassandra fue afortunada por haber tenido un esposo que la amara de esa manera y hablara de ella con tanto sentimiento.

“Perder a una persona con la que se comparte todo, es cruel”, dijo el actor. Era la primera vez que atravesaba un duelo tan “abrumador”.

Pero algunos años después, la vida la daría la oportunidad de volver a enamorarse.

Mientras pasaba unas vacaciones en Cabo San Lucas, México, en el año 1994, Pierce Brosnan conoció a la periodista Kelly Smith. Ese primer encuentro fue en una fiesta, en la playa. La conexión que sintieron fue inmediata.

“Él era cautivante. Alto, moreno y hermoso. Tenía todo lo que atrae inmediatamente a las personas y tenía ese brillo malicioso en los ojos. Y me dije: ¡Wow!”. Así describió Kelly ese primer momento. ¡Fue un flechazo!

Días después tuvieron su primera cita y a partir de ese momento, se volvieron inseparables.

La pareja tuvo a su primer bebé, Dylan, en 1997 y luego llegó Paris, en 2001. Unos meses después, se casaron en Irlanda.

Pero cuando una presentadora de Reallity Shows junto a su marido, se burlaron del sobrepeso de Kelly en sus redes sociales, Pierce Brosnan decidió que eso ya era un límite que no estaba dispuesto a tolerar.

Él se había casado hacía 25 años con una mujer hermosa y con un cuerpo escultural, pero su amor por ella no era superficial y no se limitaba al aspecto físico. Él la amaba tal cual era.

“Algunos amigos le propusieron una intervención quirúrgica para reducir su peso, pero yo amo profundamente cada curva de su cuerpo. Ella es la mujer más hermosa para mí. Y también porque ha tenido a nuestros cinco hijos”, dijo el actor. Él no dudó en defender a su mujer de los ataques y los agravios que recibía.

Asimismo, dijo que se enamoró de ella por su personalidad, y no sólo por su belleza; y que desde que Kelly se convirtió en la madre de sus hijos “la ama mucho más”.

Él quiere “sentirse digno de su amor”, ya que “no podría haber encontrado una mejor compañera ni en un millón de años”.

Pero Kelly también está orgullosa de su marido y lo describe como un hombre inteligente y cautivante y que envejece de manera maravillosa, “como un buen vino”.

Kelly puede sentirse afortunada por tener un marido que la ama tal cual es. Pierce Brosnan demostró ser un hombre íntegro y nada superficial, capaz de ver más allá del aspecto físico.