Una gatita de tres patas sorprende por su valor y vitalidad.
Algunas personas nacen con desventajas físicas con las que tienen dos opciones: o bien se dejan abatir y se entregan a la depresión, o bien analizan cuáles son sus alternativas y siguen adelante con sus vidas.
Con los animales pasa lo mismo. Ellos se adaptan a su situación y tratan de vivir con lo que tienen, hasta que al final, ya no sienten su dificultad y viven con normalidad.
Jack es una gatita de tres patas. Al principio se creyó que era un gatito y recibió ese nombre, pero cuando supieron que era gata, su dueña ya no quiero cambiarle el nombre. A Jack seguro no le iba a importar.
Su historia es muy particular, porque llegó a este mundo sólo con tres patas. Perdió una al momento de nacer, debido a “una herida retorcida, probablemente causada por un cordón umbilical envuelto. Su hueso estaba expuesto y tenía una infección terrible”, dijo Dannielle Southon, su madre adoptiva.
Dannielle es fundadora de Southon Rescue, vio la publicación de la familia que la encontró y supo que Jack debía quedarse con ella.
Le dio los primeros auxilios, pero ese muñón en su pata necesitaba ayuda profesional, de modo que recurrió al veterinario y pronto Jack comenzó el tratamiento de curación.
“Después de tres días y medio de antibióticos, control del dolor y limpiezas, la pierna de Jack se veía mucho mejor”, contó Dannielle. ¡Los milagros del amor!
Cuanto más mejoraba su pierna, más mejoraba su apetito y su ánimo, y todo lo bueno, repercute en bienestar.
Jack mejoraba de su herida y pronto empezó a caminar con seguridad y agilidad. Todavía no puede subirse a las sillas y los sillones, pero sigue a los otros gatos que tiene Dannielle y se adaptó perfectamente a su entorno.
Tanto su madre adoptiva como el veterinario, no salen de su asombro. ¡Los progresos que hizo Jack son maravillosos!
Una vez más vemos cómo el amor, los cuidados y la dedicación, son capaces de cambiar el rumbo de la vida de alguien. Y claro… Jack también pone buena voluntad. La patita que le falta, no le iba a impedir tener una vida feliz.
¡Gracias, Dannielle!