Una joven italiana viaja 1600km diarios para ir a trabajar: “No pienso renunciar”.
Giuseppina Giuliano es una joven italiana que se ha convertido en el monumento al sacrificio y el trabajo.
Todos los días hace el trayecto de Nápoles a Milán en tren, 800 km de ida y 800 km de vuelta. ¡Increíble!
Giuseppina es asistente en una escuela de Milán, tiene 29 años y es soltera. Trabaja en la escuela de arte Boccioni de Piazzale Arduino y si bien mucha gente le pregunta por qué no se muda a vivir a la ciudad de Milán, ella responde que es una ciudad muy cara y le sigue conviniendo viajar todos los días.
“No quiero perder mi trabajo como asistente, sobre todo ahora que ya quedé titular”, dijo Giuseppina.
Posiblemente esta joven italiana haya batido un récord en lo que se refiere al recorrido que hace un trabajador para ir a su lugar de trabajo.
El esfuerzo es grande, pero ella dice que ya está acostumbrada. Todos los días se levanta a las 3:30hs de la mañana. Se prepara, se viste y se dirige a la estación central de Nápoles. Sólo eso ya le lleva media hora. Espera el tren de las 5:09hs y viaja durante más de cuatro horas hasta llegar a Milán a las 9:24hs. Durante ese tiempo, aprovecha para dormir otro poco y desayunar. Una vez en Milán, toma el trolebús 90/91 y llega a la escuela en donde ingresa a las 10:30 hs.
Finalizada su jornada laboral, deja la escuela a las 17 hs, y regresa a Nápoles.
“Cuando termino de trabajar voy al supermercado a comprarme algo para cenar que, por supuesto, me como en el tren”, dice Giuseppina.
De regreso, hace el camino inverso: trolebús, estación central de Milán, tren rápido a las 18:20hs y llegada a la estación de Nápoles a las 22:53hs. ¡Ella tiene todo cronometrado!
Ahorrar dinero.
Giuseppina Giuliano ha hecho bien las cuentas. “Mi sueldo es de 1.165 euros al mes, en Milán una habitación compartida cuesta al menos 650 euros a los que aún tendría que sumar los gastos de manutención. En cambio, los trenes me cuestan unos 400 euros al mes.”
La posibilidad de reservar con mucha antelación y los puntos de fidelidad que acumula gracias a los numerosos viajes le permiten obtener numerosos descuentos.
“Así consigo ahorrar algo cada mes. En Nápoles vivo con mis padres, mi abuela y mis perritos. Esto me permite no tener gastos adicionales aparte del billete de tren y por eso me considero muy afortunada.”
Mucho sacrificio.
Giuseppina dice sentirse un poco desmoralizada, a pesar de estar acostumbrada al viaje. A ella le gustaría encontrar una casa en Milán, pero es una ciudad muy cara y no es fácil.
En las pensiones para estudiantes, sólo aceptan jóvenes hasta 25 años. En los albergues juveniles, ya no se alquilan habitaciones por tiempos prolongados. Todo es un contratiempo para esta joven tan sacrificada.
Ella espera poder resolver su problema a la brevedad, porque sabe que no podrá sostener durante mucho tiempo este ritmo de vida. Incluso, algunas personas en las redes sociales se cuestionaron si no se estaba dando a sí misma un trato inhumano.
Sin embargo, ella no piensa renunciar: “justo ahora que me he convertido en titular, no puedo perder en absoluto la oportunidad de este trabajo. Así que, hasta que encuentre algo adecuado a mis posibilidades, seguiré así”.
¿Crees que el sacrificio que hace esta joven es demasiado duro? ¿Estarías dispuesta a hacerlo?