5 adultos que tienen un nudo en la garganta por las ofensas de la infancia incluso muchos años después.
¿Alguna vez pensaste que los padres pueden ser personas tóxicas? Es lógico que uno se niegue a ver esta característica tan negativa en las personas que, supuestamente, están programadas biológicamente para ser quienes más nos amen en este mundo.
Sin embargo, no todos los padres son buenos padres, ni todas las madres tienen el instinto materno tan desarrollado. En ocasiones, los padres se convierten en nuestros peores enemigos y dejan heridas muy difíciles de sanar.
Hay personas que durante años intentan llevar una vida normal, a pesar de haber sufrido el desprecio, el desamor, la negligencia y las ofensas de sus padres.
Hoy, recopilamos los testimonios de algunos de ellos.
“Nunca entendí cómo pudieron descuidarme tanto. Miro a mi hijo y soy incapaz de hacer una cuarta parte de lo que me hicieron a mí.
Crecí con inseguridad, abandono, falta de responsabilidad, soledad y falta de confianza… Yo, mendigaba amor a mis padres.
Nunca una caricia, nunca un beso, nunca una palabra de amor. Lo único que tuvieron para mí, fueron reproches, malos tratos y negligencia. ¡Jamás los perdonaré! (Melissa, Quora)
“Creo que mi madre me odiaba. Mi padre la abandonó porque decía que yo no me parecía mucho a él y, en consecuencia, no debía ser hijo suyo. Después de que él se fuera por este motivo, mi madre desplazó toda su bronca y su rabia hacia mí.
Durante años, me acusó de ser el origen de sus problemas. Jamás pensó ni un segundo que el equivocado era mi padre, sino que parecía que yo tenía la culpa de no parecerme mucho a él. Me hizo la vida imposible hasta que se murió” (Augusto, Quora)
“Mis padres realizaban a menudo un tipo de ‘juego’, que hoy me doy cuenta era realmente perverso. Cuando íbamos hacer compras los cuatro juntos – tengo un hermano mellizo – aprovechaban un descuido de nuestra parte, para esconderse detrás de alguna góndola o un escaparate.
Mi hermano y yo, cuando nos dábamos cuenta de que estábamos perdidos, empezábamos a llorar y nos abrazamos entre nosotros. En ese momento, ellos decidían salir de su escondite y nos abrazaban riendo. A nosotros no nos parecía gracioso.” (Javier, Quora)
“Mi madre me ofendía permanentemente. Que si estaba muy gorda, que si me maquillaba mucho, que si escuchaba mucho tiempo música… Pero con lo que más le gustaba torturarme, era diciéndome que me parecía mucho a mi padre.
Cuando yo tenía 10 años, mi padre se fue con otra mujer y nunca más volvimos a verlo. Ella quedó devastada, y decidió que no iba a ser la única, de modo que como no podía decirle a él todo lo que hubiera querido, se desquitaba conmigo por parecerme mucho mi padre.” (María Eugenia, Quora)
“Cuando yo tenía 12 años, mi madre nos abandonó y nos dejó al cuidado de mi padre que era un alcohólico. Sólo nosotros podemos saber todo lo que sufrimos al lado de mi padre que no podía ni cuidarse a sí mismo.
Con mis hermanos, muchas veces fuimos a buscarla porque sabíamos que vivía en casa de una tía, pero no hubo súplica ni ruego que la convenciera de volver a casa o al menos, de llevarnos con ella.
‘Yo ya me ocupé de ustedes, ahora que lo haga su padre’, nos decía. Cuando ya fuimos adultos nos buscó arrepentida; pero ni mis hermanos y yo queremos volver a verla nunca más.” (Anabela, Quora)
Estos duros testimonios, reflejan la realidad de adultos que alguna vez fueron niños y sufrieron a manos de personas desalmadas que, desgraciadamente, era sus propios padres.
¿Alguna vez te tocó vivir una situación parecida? Cuéntanos tu experiencia.