Su hijo era insolente con profesores y ella fue a clases para sentarse junto a él. Lo frenó en seco.
Becky Crandley es una madre inglesa que vive en Sittingbourne. Cansada de la insolencia de su hijo hacia sus profesores, decidió tomar una drástica medida.
Si hay algo que nadie debería permitir, es la insolencia y la falta de respeto.
Es intolerable que los adolescentes insulten o molesten a sus profesores y a sus compañeros y no cambien su actitud.
El respeto, es algo que nunca debe faltar en las personas y debemos acostumbrar a nuestros hijos a comportarse como es debido.
Una madre cansada.
Becky Crandley recibía de manera incesante llamados y correos electrónicos de la escuela de su hijo, con quejas sobre la actitud de Harley, de 13 años.
Permanentemente hablaba con él y le remarcaba que eso no podía continuar, hasta que empezó a “amenazarlo” con hacer algo drástico. Harley, simplemente se reía, pensando que eso nunca iba a suceder.
Pues bien… esta madre de 30 años, harta de esta situación, cumplió con su promesa y se presentó en la escuela de manera sorpresiva.
“En el momento en el que ingresé a su salón de clase, su nombre ya estaba escrito en el pizarrón, porque se había comportado mal.
Cuando me vio entrar, se puso rojo de vergüenza y estaba muy molesto”, explicó Becky.
Y a continuación, agregó:
“No es agresivo, en absoluto. Pero le falta el respeto a sus profesores y su actitud en la escuela, no es la misma que tiene en casa”, dijo.
Podemos imaginar la vergüenza que sintió este adolescente, cuando comprobó que su madre no se iba sólo en amenazas. Le dijo que haría esto y al final, lo hizo.
¡Su cara lo dice todo!
Intentó concentrarse en la clase, mientras su madre se sentaba a su lado, en un intento por demostrarle que era capaz de portarse bien.
“Me quedé sentada a su lado y comprobaba que realizara su trabajo. Fue genial”, dijo; convencida de que su accionar daría buenos resultados.
¡No culpemos a los profesores!
Seguramente, el sistema educativo de cada país pueda ser perfectible.
Siempre hay cosas para mejorar, pero lo que no podemos hacer, es acusar de la falta de respeto o el mal comportamiento a los profesores, porque la educación se aprende en casa.
Y sobre esto, Becky también tenía algo para decir:
“Él sabe que vendré cada día si debo hacerlo”. Ella no cree que haya humillado a su hijo con su actitud.
“Se trata simplemente de hacer lo que es justo y lo que corresponde y decirles a los padres, que pueden intervenir y cambiar las cosas.
Muchos de ellos acusan a los profesores y maestros, cuando ellos no están allí para enseñar respeto”, aclaró con énfasis.
Estas declaraciones seguramente caerán bien a muchos profesores y maestros.
¿Crees que Becky humilló a su hijo con esta actitud, o la medida que tomó puede resultar eficaz?