Joven de 22 años asegura que su hija se robó su juventud
“La maternidad es un arco iris mágico, todo rosas y cupcakes, ¿verdad?” Muchos parecen creer eso, pero Kendra Sykes, una nueva mamá de 22 años, está aquí para cambiar esa narrativa. Porque, adivina qué, no todas las historias de maternidad son un paseo por el parque.
Utilizando la autenticidad y el humor como sus superpoderes, Kendra se ha lanzado a la plataforma de TikTok para compartir su viaje de maternidad, sin maquillaje, con el pelo despeinado y todo. Documentando su proceso de “envejecimiento”, ha mostrado que ser madre no es siempre tan glamuroso como las revistas quieren que creas.
¿El cambio en su apariencia? Sí, es notable, pero, ¿importa? “Para nada”, dice Kendra. Y no, no se trata solo del embarazo. Kendra es lo suficientemente valiente como para admitir que sus malos hábitos alimenticios también han jugado un papel.
A pesar de las críticas y los ataques a su apariencia física, Kendra ha adoptado una filosofía de carcajadas y amor propio. “Sí, la maternidad me hace ver más vieja. ¿Y qué?”, dice con una risa contagiosa.
Cuando se le pregunta si se arrepiente de haber tenido a su hija Thalia, la respuesta es un rotundo “no”. Sí, ha habido altibajos, y sí, a veces su vida parece una montaña rusa, pero para Kendra, Thalia es el viaje más valioso.
Kendra también ha abordado comentarios críticos con su humor característico. En un video, responde a un comentario de un seguidor que insinúa que debe ser adicta a sustancias ilícitas por su apariencia cansada y su acné. “No, tuve una hija y ella me robó la juventud”, fue su risueña respuesta.
Los comentarios de los seguidores varían, desde quienes sugieren una condición médica subyacente hasta quienes apoyan su honestidad y su hermosa relación con su bebé. Entre las sugerencias, algunos señalan la deshidratación como posible causa de sus problemas de piel.
Kendra, siempre auténtica, admite que esto podría ser cierto, ya que su consumo de café es considerable y a menudo se olvida de beber agua. “Debería beber más agua, ¡así que gracias por el consejo!”, añade.
Con su autenticidad, Kendra Sykes nos enseña a todos una valiosa lección: la maternidad no tiene por qué ser perfecta para ser maravillosa. Y las madres, en todas sus formas y tamaños, con todo su cansancio y amor, son verdaderamente hermosas.