Cuando entendamos que el físico no lo es todo, seremos felices.
¿Qué lugar ocupa el aspecto físico en una pareja? En un principio, podríamos decir que mucho. Y es normal, ya que el aspecto físico es lo primero que vemos de una persona y eso nos ayuda a determinar si nos gusta o no.
No hay duda de que después la personalidad tiene que completar esa primera buena impresión que tenemos, pero debemos admitir que estar con alguien que nos seduce físicamente, ayuda mucho a que la relación avance.
“Se dice que el amor es ciego, pero; de hecho, es el único que ve más allá de las apariencias”. Una frase maravillosa del escritor brasileño Augusto Branco. Esta frase lo resume todo, porque el amor, es capaz de ver lo que los ojos nos ven.
¿Es posible que las mujeres dejen de lado los criterios físicos con mayor facilidad que los hombres? Así parece… los hombres suelen ser más sensibles a la belleza, sobre todo en la fase inicial de la relación. Las mujeres pueden concentrarse más en un hombre inteligente, con iniciativa, con sentido del humor y con estatus social.
Pero… ¿qué pasa en esos casos en donde vemos mujeres muy bellas con hombres poco agraciados u hombres muy guapos con mujeres no tan atractivas?
Es cuando el hombre o la mujer han evolucionado al punto de pasar por alto el aspecto físico y aterrizar sin escalas en la esencia de la persona.
Son hombres y mujeres que valoran la paz, la armonía y el sentimiento de compañerismo por sobre todas las cosas. Son personas que se enamoran de alguien por quien es y por lo que les hace sentir. La belleza, queda relegada a un plano casi invisible.
Es el caso de las personas que se enamoraron a través de la correspondencia o de una charla por chat, cuando ni siquiera se habían visto. O más aun, se enamoraron después de una charla de pocos minutos de una persona que no resultaría bella para el común de la gente.
Tal vez no llegamos a ese estado tan avanzado de madurez en nuestra primera juventud, pero después de algunas experiencias, entendemos que no siempre hay conexión entre la belleza física y la belleza interior.
Lazos profundos.
Y es ahí cuando se tejen los lazos más profundos y duraderos, porque la persona que elegimos para compartir la vida se vuelve hermosa a nuestros ojos, sólo por el hecho de que nos hace felices.
Cuando alguien logra tocar nuestra alma, nada podrá cambiar la magia que se produce y ya sólo vemos a una persona a la que amamos. Como sea esa persona físicamente no nos cambia en nada.
La química amorosa que se produce puede transformar a nuestro ser amado y volverlo radiante de felicidad y eso, puede convertirlo en alguien hermoso.
Y es por eso que volvemos al título de nuestro artículo: cuando entendamos que el físico no lo es todo, seremos felices. Cuando le demos al otro la posibilidad de enamorarnos y cuando nos la demos a nosotros mismos, sin evaluar la belleza física, tal vez estemos abriendo la puerta a nuestra más hermosa historia de amor, incluso, para toda la vida.